miércoles, 30 de enero de 2008

El nacimiento tan esperado

Desde hace varios años, algunos inquietos maestros de lengua y literatura nos reunimos con cierta frecuencia, por diversos motivos; algunas veces sólo para convivir, otras para festejar a alguien y, en muchas otras, para platicar sobre temas administrativos, académicos o políticos de nuestro contexto laboral; en este marco de diversidad temática y de puntos de vista, en no menos de diez ocasiones se comentó la posibilidad de realizar una publicación colectiva, primero en nuestra imaginación, luego en papel, finalmente electrónica. De hecho, el nombre (en este momento estoy recordando que no lo consultamos en Internet) fue prácticamente decidido hace tres años.

La doble eLe es una publicación de tema libre, por lo que la palabra libertad, que empieza con ele, adquiere una connotación relevante en el nombre que nos ocupa. No tenemos un consejo editorial que seleccione, autorice o censure; sólo nuestra conciencia, y la responsabilidad que implica firmar lo que se escribe. El compromiso: un texto mensual en el que seguramente encontrarán todos nuestros fantasmas y telarañas conceptuales, además de crónicas, cuentos, poemas, artículos (no nos pongamos tan formales), digamos que textos narrativos, expositivos, argumentativos y una que otra masturbada intelectual.

En el restaurante Palax, ubicado en la calle Hidalgo de la ciudad de Monterrey, Nuevo León, México, nació finalmente La doble eLe, en el mes uno del año 2008, entre tamales, chilaquiles, frijoles, totopos, pastura, salsa y mucho café. El parto fue natural, sin dolor y sin anestesia, en aproximadamente treinta minutos; tal vez, sería, porque su nacimiento era esperado y hasta anhelado por muchos de los presentes. El producto: una hermosa y robusta niña; ya saben como se llama; por cierto, no deja de preocuparme que desde chiquita la llamen con el apelativo “La”, ¡qué será de grande!...

Los padrinos (que no padres, a menos que me demuestren lo contrario, con un examen de ADN) presentes en el nacimiento, por orden de lugar, alrededor de una mesa: Thelma, Oscar, Lucy, Memo, Hiram, Ileana, Fernando y su servidor. Los de casa, que por una u otra razón estuvieron ausentes, también son padrinos de la niña. Todos los que la quieran visitar (aunque sea sin regalo) serán bienvenidos, especialmente si acompañan la visita con un comentario.

¿Y la Cheyenne apá? Mijo…



Gilberto Garza

martes, 29 de enero de 2008

Esto no es una elegía

El impacto le alcanzó por la derecha brusco y sorprendente “hagamos un blog colectivo” –el texto empieza a ser escrito- entre los comensales se percibe una especie de expectación ante las palabras pronunciadas. Observa la reacción inmediata, es tan atractiva esa proposición que como cascada empieza la aceptación.

La idea le aterra, pero ¿no es precisamente eso, en lo que se ha transformado durante los últimos meses esa tertulia en la que en complicidad se tratan y crean textos que sólo han quedado en la oralidad? (con la excepción del lanzador que, como acto de fe, actúa como francotirador de la palabra dicha y la transforma en objeto de reflexión).

El mensaje es tan claro que los escriba-comensales supieron interpretarlo, la intención es, desde su origen, adquirir una identidad colectiva –si esto puede suceder-. En la práctica resulta interesante llevar el sentir de la palabra en comunión a la palestra, aquí la mano negra del protagonismo sale sobrando.

La pesada palabra del escriba a nueve manos de un espacio improbable se realiza en colectivo. Esto no es una cronología, es un hecho; una bienvenida, por lo tanto, a toda palabra que hiera o pregone en ese espacio tan diverso cuya verdadera intención se irá develando menstrualmente en lo escrito.

Hiram Uresti

Dato perdido y encontrado

Saludo con el placer y sentimiento entrañable del reencuentro, a los amigos que han emprendido esta tarea tan grata, de invadir y posesionarse de este espacio virtual (al fin que ni es de nadie) para establecer un lugar de coincidencia, al margen del espacio y tiempo que nos permitan nuestras ocupaciones en el espacio real que habitamos.
Qué bueno, porque en forma permanente podemos acceder desde casi cualquier parte (como lo permita un módem y la señal propia o tomada) y a cualquier hora para buscar a los amigos que en efigie estarán a través de sus textos en los que podré descubrirlos casi de la misma forma en la que a veces tengo la oportunidad de estrecharles la mano. (aunque siempre es más grato en vivo).
La oportunidad de leernos nos abre posibilidades grandes de intercambios de ideas, de vivencias, de sueños, de inquietudes, de interrogantes de desahogos, también, por qué no, de algún sobresalto o dolor, que a veces surge y a veces es aligerante compartirlo con alguien.
El dato que recuerdo y quiero compartir con la raza más joven es que el buen amigo Arellano hace algunos años (cuando menos diez) en una de tantas épocas de grilla y tira-tira político en nuestra Normal Superior traía la idea de hacer una revista en donde además de publicar artículos de índole literaria o cultural, se aprovechara para tirar fuerte, con esa fuerza descomunal como la tiene la palabra escrita a quien hubiere lugar en ese escenario político que nos tocó vivir. Fernanado traía cocinado un nombre "La triquina" por hacer referencia a esa enfermedad que proviene de la carne de puerco y decía "la triquina porque le pega a los puercos" y soltaba su inconfundible carcajada.
Recuerdo esto, para señalar que esa idea ha permanecido y ahora resurge conjugada con voluntades que coinciden en ese afán de registrar en un soporte menos volátil que lo oral, las ideas que a veces nos calan y obsesionan.
Espero que este ejercicio nos de alegría y sirva para mantener contacto más allá del saludo a distancia. Hablémonos seguido, sin necesidad de pulir el texto con la confianza de amigos, hablémonos para platicar de un libro que acabamos de leer, de una película que vimos o volvimos a ver, de una idea que atrapamos a vuelo por ahí y que consideramos vale la pena compartir.
Amigos los saludo con alegría y espero verlos muchas veces y muy pronto a todos en este espacio y en todos los posibles.
carlomar

lunes, 28 de enero de 2008

La violación de la señorita copyright (©)



Por fin nació. Después de dos o tres años de gestación (el tiempo ya no importaba en realidad) la academia de lengua y literatura dio a luz la "Doble l". Algunas sesiones académicas independientes (por voluntarias), producto de una preocupación real y desinteresada (particularmente de Fernando, para no caer en la provocación) por reorientar el sentido de nuestro trabajo docente, hicieron posible su trabajo de parto. Que más da que la sala de parto sea un blog, aunque se esperaba una revista cuando menos bimestral y publicada en rústico papel. Como era de suponerse esa no fue la única complicación, sino la menos peligrosa para su existencia.
Resulta ilógico que después de tanto tiempo en la lista espera, la "LL" aspirara a tener un nacimiento convencional y sin controversias, pues ha quedado demostrado a lo largo de la historia que las ideas originales suelen pervertirse y peor aún, nadie recuerda a sus verdaderos progenitores, lo que resulta una verdadera violación a la dama copyrigth (©). Ahora, hija de tantas madres y padres postizos, es bueno que la diversidad le otorgue un adjetivo conciliador "El colectivo". Felizmente, como el término lo indica, "lo colectivo" sugiere pluralidad, acuerdo, apertura, libertad, consenso, colaboración, sentido de pertenencia y cierto espíritu de sacrificio individual en favor de la colectividad; entonces los nombres y las referencias de sus supuestos padres son innecesarios y más si consideramos su dudosa paternidad.
No sé si afortunada o desafortunadamente, al menos en el papel, los amantes de la lengua y la literatura, poseemos la capacidad de transformar la verdad, o cuando menos parte de ella, lo que convierte a la tertulia en un delicioso campo de batalla. Por eso cruzando las fronteras de la sutileza me alegro y me doy la bienvenida, festejo y cuento su nacimiento, y lo que es más espero que a lo largo del tiempo sobreviva y se reencuentre con su misión más allá de las trampas, los Mesías, los embaucados y los embaucadores.

PD. Como creadores, artistas, escritores o aspirantes a, defiende los derechos de la propiedad intelectual: “Di no a la piratería”.

José Enrique Saucedo Tovar
28 enero de 2008

viernes, 25 de enero de 2008

El baúl de mis recuerdos y otros miedos

Había una vez un grupo de “profes” que se reunían a tratar diversos temas relacionados con la educación y a las maneras de mejorar la enseñanza. Las circunstancias me llevaron a colaborar con ellos. Ahora somos un grupo de amigos que nos seguimos reuniendo para tratar de mejorar nuestra labor docente (bueno, en realidad no siempre nos reunimos para eso).

El caso es que hace tiempo surgió la idea de publicar una revista; en la cual participáramos todos nosotros. Cuando me pidieron que escribiera sentí miedo y no pensé que fuera capaz de hacerlo, al menos no con la misma calidad de ellos. Me sentía en desventaja, era la menor del grupo (de hecho sigo siéndolo) y no tenía ni la trayectoria ni la experiencia de mis compañeros.

Escribí, cuando se lo entregué a Fer sentía el miedo de la desaprobación (no podía olvidar que él había sido mi maestro y no quería defraudarlo); sin embargo, le gustó o al menos eso me dijo, yo le creí y seguí adelante. Desgraciadamente, ese texto no se publicó; ya que la revista quedó sólo en un sueño.

Después comenzó el furor por los blogs; no quise quedarme atrás, abrí el mío y ahí fue donde publiqué ese primer texto; así que, continué escribiendo. No se que tan buenos o malos les resulten mis textos a los que me han leído, pero me siento satisfecha, creo que les he aprendido algo a mis amigos y espero seguir haciéndolo ahora que por fin compartimos este espacio.

Este espacio que es nuestro y de todos; es nuestro sueño compartido y ahora queremos compartirlo con ustedes…

¡Venga, pues!

Pues nos reunimos el miércoles como cada semana para trabajar un rato en cosas del colegio (que ya no existe oficialmente). Discutimos dos asignaturas ampliamente. Le tiramos carrilla al Fer. Ileana llegó después de Iram que llegó tarde y Memo llegó con la esperanza de que ya hubiéramos terminado porque no llevó su tarea.

El clima estaba cambiando de caluroso a frío y acordamos ir a tomar un café al Palax, y aunque la intención era decirle al Fer que iríamos al Vip´s, nadie resistió su conciencia y le dijimos la verdad; es más, todos nos fuimos en una camioneta que se quejó de cargar a ocho adultos ruidosos que en suma pesaban, antes de cenar, alrededor de los 600 Kg.

El estacionamiento estaba saturado, pero la pericia del conductor se impuso al acomodarse en un espacio que apenas se veía. Entramos al lugar con cara de profes, dominando el espacio con el volumen y la mirada; al sentarnos en una de las mesas de la esquina, nos dimos cuenta que era zona de no fumadores y tuvimos que resignarnos tres de nosostros.

Pedimos café y de cenar, sólo uno resistió estoicamente la tentación de engullir algo. Memo quería lechita natural y se la dieron. Hablamos de un mudo que quería leche, de “la de Memo” que Fer no había visto, ni Lucy tampoco... por supuesto ninguno de los presentes, hablamos de películas viejas (Al filo del agua), la escuela, los alumnos, los maestros, la salsa, los chilaquiles, la ensalada, los tamales, una fiesta pendiente, los blogs, el primer resbalón de Gil con la tecnología y llegamos al punto que motiva esta croniquita: La doble L.

Hace dos años alguno del grupo propuso organizar una publicación que presentara escritos de la raza. Se asignaron tareas y casi nadie las cumplió. Cada vez que se hablaba de lo que estábamos escribiendo La doble L salía a colación y se perdía en el comentario. Nada pasaba.

Esa noche, hace una cuantas, por fin se acordó abrir este espacio para que publiquemos en colectivo, además de lo que escribimos en nuestros espacios personales, sin un límite de tiempo, ni de temas, más bien de manera libre, según lo que se vaya ocurriendo con la idea de generar una dinámica que nos orille a producir más y ampliar las ideas que se expongan en este lugar.

Nadie puede apostar que funcione, pero estoy seguro que haremos lo posible porque así sea. El compromiso está hecho: una publicación mensual, como mínimo, de cada uno de los integrantes del grupo.

En el grupo hay de todo, ellas y ellos, el escritor consumado y el que se está descubriendo, el ácido y el crítico, el sweet y el que nadie ha leído, el que reclama y el que piensa mucho antes de escribir, el espontáneo y el del lenguaje bello, el que se compromete y el que no lo hace, el visceral y el cerebral, el que vive y al que le han contado cómo es eso, el académico y el grillo, el necio y al que le vale madres todo, el que quiere saber y el que dice saber, el que hace y el que quiere, el que sueña y el que recrea, y así hasta el infinito de acuerdo del estado de ánimo de cada quien y la carga que quiera compartir.

Lo realmente importante de esta idea, no es el hecho de que somos un grupo de amigos que tenemos más o menos las mismas inquietudes, no; y aunque tampoco queremos vernos como un grupo cerrado que no permite la entrada a nadie que no esté dispuesto a pagar la cuota coincidiendo con nuestras ideas, estamos esperando la oportunidad de conocer otros puntos de vista distintos a los nuestros sobre lo que tenemos que decir.

Este es el primer paso que damos fuera de nuestro mundito en colectivo y estoy seguro de que poco a poco podremos sumar ideas, propuestas y palabras. ¡Venga, pues! La doble L.

jueves, 24 de enero de 2008

¡COMENZAMOS!

Su atención, por favor, ésta es Primera llamada ¡Primera!

Un sueño plural de punto y coma; de corte y confección; de pica, pica; del remedio, el trapito y el úntamelo quedito; del sí, pero para qué, cómo, cuándo y con qué ojos, divino ciego; del ¡ay dolor! cómo me traes de encargo; de botear para la colecta de letras sueltas, de llamaradas sintácticas, de peces subjuntivos, de grillos en salmuera, de damas disolutas y putas también. Una sinfonía de yo quiero ser, de bohemios de afición que se quitan la camisa (y los calzones si es necesario) por un buen amigo, de lápices sin borrador para los arrepentidos. Sí, fue una noche (los sueños suelen generarse a la luz de los cocuyos), innombrable, por su propia naturaleza de conjunto y porque la desmemoria engaña. El betún, como el labial, siempre deja la huella del pecador y del pecado. Pecata minuta. Pero el desliz algo tiene de tentación y de patético.

Su atención, por favor, ésta es Segunda llamada ¡Segunda!

Hay peones tan caballerosos, como los comensales de la mesa redonda, que lo mismo agitan el pantano o se deslizan en la tabla de Flandes. Disfruto el chocolate amargo y los tamales borrachos. Soy el Camaleón dorado de las mil caretas. Le otorgo al silencio su prudencia. No afilaré la daga de la insidia ni del protagonismo para alcanzar la marquesina de la primera función. Soy telonero y disfruto mejor el espectáculo desde tramoya. También sé tomar la lámpara del farolero que guía entre las butacas al público que espera la tercera llamada. Nigromante y prestidigitador, camino entre el fuego sin arder y puedo leer el iris de los ojos negros donde habita el placer y el deseo.

Su atención, por favor, le suplicamos muy atentamente al público que visite este blog, se abstenga de lanzar piropos, humillar la cerviz, hacer caravanas, lamer la mano, botas, cigotos u ovarios; así como evitar la influencia de lo que aquí lea, oiga o mire. Los miembros del colectivo están loquitos y son unos libertinos, buscabullas y apátridas institucionales, amargosos como el iztafiate, alambristas de la literatura y escribas entre románticos y vanguardistas; pizcadores de frases idealizadas, catadores de lenguas muertas y viperinas, saltimbanquis estructuralistas y metodistas de la enseñanza que comulgan los domingos predicando la palabra del hombre y la mujer bajo el filo de La doble L. Esta es, pues, la Tercera llamada, tercera ¡Comenzamos!
Guillermo Berrones

Las voces en Laberinto.

En una esquina, cual pandilla se congrega a frecuentar a sus amigos, acomodaron el cuerpo en la banca y al filo de una mesa todos se veían con cara de emoción; inclinaban su cuerpo sobre ella, la única estática de la noche, la mesa que escuchó y fue testigo sigiloso del plan que hurgaban los que en ella coincidían.

Entre carcajadas abiertas una voz resonó, -por qué no hacemos un blog colectivo-, de pronto las carcajadas se volvieron sonrisas de aceptación, era la voz de todos, la voz de un colectivo que tiene la única intención de ser escuchado, de manifestarse y sentirse participe del orden (o desorden) social.

El nombre; ¿cómo nombrar un colectivo?, por votación. En la votación hubo trampas, intentos de imposición, siete opciones para siete participantes. En la segunda ronda de la votación se eligió el nombre. Las guerras de egos, quedan superadas ante la sencillez de una idea sublime que dicta la unidad.

El tema; Siete voces cantando una canción, cada quien su tono, cada cual su letra, pero en un mismo escenario, la esperanza de buenos resultados es por demás provisoria cuando se cuenta con nombres y apellidos. Las temáticas que se presentarán serán tan diversas como el reflejo de la personalidad de los participantes.

El tiempo; a la par de marcar las horas, los días, el trapicheo del blog, dependerá de los escribientes, los acuerdos marcaron el mes como tiempo de rotación entre los escritos y los lectores, voltear la página mes a mes será la consigna, nuestra misión.

-la cuenta por favor- se levantan uno a uno,
se enfilan,
se toman del brazo,
se tocan,
se van sonriendo,
suben a un mismo auto,
se apilan y se marchan,
se encamina el nacer de un blog, donde comulgaremos colectivamente mes a mes el,
colectivo de Lengua y Literatura.
Ileana Cepeda

miércoles, 23 de enero de 2008

Doble ele que no es "elle"

La idea fue de Óscar. En algún oscuro rincón de su mente tenía él registrado el dato de que en alguna ocasión, reunidos en colegio, nos metimos en una de esas sesiones de imaginación exacerbada, y nos planteamos el propósito de crear una revista que primero iba a ser impresa, luego digital, luego híbrida, y más adelante un proyecto guardado en el cajón de lo que un día se pensó que era posible.

Y a Óscar se le ocurrió que esa revista debería llamarse "Doble ele", por "Lengua y Literatura", supusimos todos. Y ahora que, en medio de uno de esos arranques de furor propositivo que en ocasiones nos asaltan, se planteó la posibilidad de crear un blog colectivo, de manera casi natural surgió la imposibilidad de que se le pusiese un nombre diferente al de "doble ele".

Pero como la idea fue de Óscar, no se me quita de la cabeza que su idea era más bien la de hacernos componentes involuntarios de la parafernalia metropoliense que rodea a Superman. Mira si no cómo a Joe Shuster y Jerry Siegel, se les ocurrió que, como un elemento de identificación, buena parte de sus principales personajes tuviesen como iniciales L L: Lex Luthor, Lois Lane, Lana Lang, Leo Lombardi, Lori Lemaris, y otros más que de momento no me es posible recordar.

Queda siempre la posibilidad de que detrás de la propuesta se esté moviendo el espíritu anárquico de la identificación con los no menos anarquistas porristas de la asociación "Libres y Locos", lo cual abre un atractivo abanico de posibilidades hacia la expresión montonera y, ¿por qué no?, madreadora. Todo sea por los colores de mi camiseta.

Se lanza pues al espacio la doble ele que no es elle, con raíces en la fantasía y vínculos tumultuarios.

Se le presenta en sociedad como hija de múltiples padres y madres (y a la madre con la Ley de la Familia) que lejos están de ubicar a esta procreación como producto de una familia tradicional. Veremos si entre todos no resulta que la responsabilidad de alimentarla no es de nadie, y termina muriendo de inanición.