martes, 2 de noviembre de 2010

CALAVERAS

A LA NORMAL

La muerte andaba buscando,
por Venustiano Carranza,
la Normal de los maestros
“La Superior” afamada.

Fue a preguntar a la plaza,
una maestra le dijo:
-la escuela está muy cambiada
no sé, qué cosas se hizo-.

La muerte tan intrigada
por tanto cambio que había,
se sentía consternada
la normal no le cabía.

El pozo era muy angosto,
había que hacerlo más grande;
para que también cupiera
la normal, con su escalera.

Sus planes para llevarla
a sepultar a la tumba,
parecían alejarse
y a la normal no llevarse.

Por lo tanto se enfilaba,
llenando formatos ISO,
para que antes de llevarla,
firmara, la que lo hizo.

La escuela estaba tranquila
la muerte andaba ocupada,
metiendo en su carpeta
sus planes, a puño y letra.

Cuidando la ortografía
la redacción y coherencia
firmándole su sentencia
en la cuenta regresiva.

_____________________________

AL COLEGIO DE LENGUA Y LITERATURA

El colegio de Español,
“Regulares”, por supuesto:
Válganme la aclaración,
Por si se cuelgan el puesto.

Discutíamos en reunión
Cuando aparece la flaca;
Dando un grito de obstinación
Indignada me levanté.

Le dije con voz alzada:
-óigame no, señorita
la más delgada de español
la tiene aquí paradita-

Con el vacío en sus ojos
y su inquietante aire,
la muerte más que asustarse
se mostraba muy atenta.

Seguíamos discutiendo
sobre los temas actuales
de lengua, literatura,
y Enseñanza-Aprendizaje.

Mientras la muerte rondaba
se mareó con tantas letras,
y con mucha sutileza
se salió de donde estaba.

Desde entonces no ha rondado
su sombra por este lugar,
y sacando filo estamos
esperando su regreso.

La formación de maestros;
especialidad de “Español”
seguirá siendo el rumbo,
de la constante discusión.

Comienzo aquí a despedirme
a sus órdenes “La flaca”
pero no, la que se lleva
a los muertos al panteón.

Soy la profe de “Español”
que rimar estoy tratando,
sólo voy dejando letras
con toda mi inspiración.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Las calaveras del Fer para la raza de la LL

La muerte andaba paseando
visitando los panteones,
cuando se encontró una escuela
bien llena de profesores.

Me gusta aquí pa' surtirme,
pensó la "huesos" lironda,
me llevaré profesores
de la lengua española.

Segura estuvo la muerte
del profe Jorge Segura
que ensayaba pastorelas
como artista, no haya duda.

"Me gustan los bigotones
con voz de hombres bragados".
Y antes de caer en cuenta,
Jorge estaba empaquetado.

Segura ya está enterrado,
pero en un gran mausoleo,
porque la muerte en domingo
lo busca pa'l zapateo.

Estaba Gilberto Garza
llenando formatos ISO,
cuando le dijo una voz:
"papito, dame un besito".

Gilberto no es de apretarse,
y menos con una dama,
pero donde dio la vuelta
quedó tieso como tabla.

Aunque está frío el profe Garza,
no descansa todavía,
porque la muerte lo tiene
de "damo" de compañía.

Gloria Martínez Licea
llegó todita sudada
porque venía del gimnasio
cuando encontró a la calaca.

"Vente conmigo güerita,
tu tiempo aquí ya se acaba"
"Me voy, pero si me dices
cómo haces para estar flaca".

Ya está Gloria en el panteón
leyendo recepcionales;
ya no necesita dieta,
ni hacer cien abdominales.

"A ese no me le acerco",
dijo de Oscar Benavides.
La muerte le tenía miedo
por su fama de terrible.

Le apuntó con una flecha,
afinó su puntería,
pero en vez de darle a Oscar,
le dio a Tita la perrita.

Oscarito no ha muerto
porque la Flaca le saca:
sabe que la está esperando
para darle con la estaca.

La Muerte estaba cansada,
pero siguió en su empeño
de juntar profes de lengua
para llevarse a su reino.

Encontró a Ileana Cepeda,
le dijo "de flaca a flaca,
vente conmigo a la buena,
me gustas por literata".

A Ileana no le hacía gracia
morir fuera de Quincena,
le dijo "yo soy cronista,
consíguete una poeta".

Pues Yla ya está enterrada,
poco valió su argumento,
y está armando un sindicato
con los escritores muertos.

Hiram Uresti no supo
ni como estuvo la cosa;
para cuando se dio cuenta
ya lo tenían en la fosa.

"Después de todo, se dijo,
tal vez esto no sea malo,
porque quiero entrevistarme
con escritores de antaño".

A Hiram no lo encontraremos
enterrado en un lugar;
es como un aparecido
que se dedica a viajar.

Carlos Omar Villarreal.
ahí fue cosa distinta.
Con él estuvo la "Huesos"
pidiéndole una cita.

Como Carlos no cedía
al amoroso reclamo,
se lo llevó de repente
sin carta del sindicato.

No puede quejarse el Güero,
pues es un muerto querido,
la Huesuda es una dama
que le prodiga cariño.

Al otro hubo de esperarlo,
que llegara de Linares,
Enrique Rodríguez Chiu,
adora aquellos lugares.

Enrique dijo a la Muerte,
"Amiga, dame la mano,
deja que acabe mi tesis,
y después de eso nos vamos".

Le dio montones de dulces,
y le provocó diabetes,
así que en pura venganza,
pronto lo jaló la Muerte.

Al que estas coplas comparte,
un tal Fernando Arellano,
en una piedra picuda
Muerte lo dejó sentado.

"No es porque te discrimine,
pero tengo que pensar,
porque sé que si te llevo
vas a empezar a criticar".

Y con ésta me despido,
porque es mucho arguír,
dedicamos calaveras,
deseando un largo vivir.

martes, 16 de marzo de 2010

Entre nosotros y otros: estereotipos en los medios

Un tema inconcluso con mi actual grupo de Español tiene que ver con los estereotipos que ofrecen los medios de comunicación y que hemos adoptado como realidades verdaderas, aun cuando nosotros mismos encajamos en un estereotipo que no compartimos realmente.

Todos hemos escuchado o contado un chiste de gallegos, torpes, tontos, inadaptados siempre a la sociedad en las que se les acomoda. Del mismo modo, sabemos que en los mismos chistes el mexicano es aguzado, vivaz, por no decir vivales, impertinente, audaz y picante; aunque también sabemos que, en otras partes, la imagen del mexicano es la del güevon, pendejo y jodido, y sabemos que no todos encajamos en la descripción.

Lo malo de lo anterior es que hemos vivido muchos años bajo la sombra de las características que los medios señalan como aceptables en la sociedad, y esto nos ha marcado en lo más profundo del subconsciente al grado que resulta difícil quitarnos los anteojos que nos dejan ver lo que los medios nos permiten ver; ese es uno de los motivos por los cuales debemos pensarnos como usuarios de los medios: para tomar distancia del consumo y analizarlos.

Un ejemplo de lo anterior pueden ser los promocionales de México en la televisión, con motivo del bicentenario de la independencia y el centenario de la revolución; en uno de ellos presentan la danza del venado como parte de la cultura representativa de Sinaloa, es un error (eso casi me hace perder a mi mujer de un infarto). Otro, presentan El Chepe, desde la sierra de Chihuahua, y el Tarahumara que se liga a la modelo no tiene rasgos de esa raza, ¡peor aún! ¡No se ha quitado las conchas de la piernas con las que baila en Sinaloa!

¿Por qué se usan los estereotipos en los medios? Primero se debe entender que los mensajes que los medios emiten no llegan sorpresivamente al consumidor, sino que son resignificados a través de operaciones cognitivas (atención, comprensión, asociación, y otras), que permiten la negociación de significados y sentidos de los mensajes, lo que provoca la apropiación o resistencia a ellos. Ante este panorama netamente comunicativo, es fácil concebir entonces que el usuario se identifique, de acuerdo a la visión que tiene de sí mismo, con los diferentes grupos sociales creados por quienes dirigen los medios para el consumo de ciertos mensajes con intenciones bien definidas.

Ahora bien, esa visión propia del usuario no es otra cosa que la ideología que lo identifica, producto del constructo social que lo rodea y que consume, igual que él, de los medios. Esta ideología modela nuestros deseos, temores y esperanzas; lo que pensamos acerca de los saberes y haceres, las formas en que deben relacionarse las familias o grupos sociales, otorgando así creencias acerca del mundo que nos rodea, pero siempre enmarcado en la realidad simulada de los medios de comunicación. Esta ideología nos permite construir una serie de valores que se modifican según el contexto histórico, social, económico, político de cada grupo social.

Pregunté a mis alumnos, después de ver una imagen familiar, si su realidad correspondía a la de los personajes de la fotografía; su respuesta fue negativa, ese estereotipo no corresponde a la imagen razonada que tienen de sí mismos. Y es que esa es la diferencia entre consumidores y usuarios de los medios, mientras los primeros se quedan con la primera capa de la información, los usuarios reflexionan sobre el mensaje completo, concediendo valores y significados de realidad a lo que se oferta en el lenguaje de los medios.

Cuando un consumidor de los medios logra consolidarse como usuario, se puede decir que está listo para construir una identidad personal, a partir de sus relaciones de clase, de género, étnicas, laborales, culturales, etc., que le permita confirmar relaciones comunitarias con sentimientos de pertenencia, los cuales lo llevarán a tomar conciencia del nosotros, que involucra desde su gestación la idea de los otros, como condición de la convivencia social, base de la identidad colectiva.

Lo anterior me lleva una vez más a los estereotipos como reflejo de esa identidad colectiva que no sabe dónde ubicarse: entre nosotros o los otros, pero que definitivamente su agrupación será guiada por sus condiciones de vida, intereses, historias, expectativas, relaciones sociales, etc., y no por ser mejores o peores… aunque la realidad diga lo contrario ¿no creen?