martes, 29 de enero de 2008

Dato perdido y encontrado

Saludo con el placer y sentimiento entrañable del reencuentro, a los amigos que han emprendido esta tarea tan grata, de invadir y posesionarse de este espacio virtual (al fin que ni es de nadie) para establecer un lugar de coincidencia, al margen del espacio y tiempo que nos permitan nuestras ocupaciones en el espacio real que habitamos.
Qué bueno, porque en forma permanente podemos acceder desde casi cualquier parte (como lo permita un módem y la señal propia o tomada) y a cualquier hora para buscar a los amigos que en efigie estarán a través de sus textos en los que podré descubrirlos casi de la misma forma en la que a veces tengo la oportunidad de estrecharles la mano. (aunque siempre es más grato en vivo).
La oportunidad de leernos nos abre posibilidades grandes de intercambios de ideas, de vivencias, de sueños, de inquietudes, de interrogantes de desahogos, también, por qué no, de algún sobresalto o dolor, que a veces surge y a veces es aligerante compartirlo con alguien.
El dato que recuerdo y quiero compartir con la raza más joven es que el buen amigo Arellano hace algunos años (cuando menos diez) en una de tantas épocas de grilla y tira-tira político en nuestra Normal Superior traía la idea de hacer una revista en donde además de publicar artículos de índole literaria o cultural, se aprovechara para tirar fuerte, con esa fuerza descomunal como la tiene la palabra escrita a quien hubiere lugar en ese escenario político que nos tocó vivir. Fernanado traía cocinado un nombre "La triquina" por hacer referencia a esa enfermedad que proviene de la carne de puerco y decía "la triquina porque le pega a los puercos" y soltaba su inconfundible carcajada.
Recuerdo esto, para señalar que esa idea ha permanecido y ahora resurge conjugada con voluntades que coinciden en ese afán de registrar en un soporte menos volátil que lo oral, las ideas que a veces nos calan y obsesionan.
Espero que este ejercicio nos de alegría y sirva para mantener contacto más allá del saludo a distancia. Hablémonos seguido, sin necesidad de pulir el texto con la confianza de amigos, hablémonos para platicar de un libro que acabamos de leer, de una película que vimos o volvimos a ver, de una idea que atrapamos a vuelo por ahí y que consideramos vale la pena compartir.
Amigos los saludo con alegría y espero verlos muchas veces y muy pronto a todos en este espacio y en todos los posibles.
carlomar

3 comentarios:

Guillermo Berrones dijo...

Bienvenido al colectivo, a la comuna. Ahora sí,que arda Troya ¡llamas a mí!

Enrique dijo...

Bien lo has dicho amigo Carlos Omar, compartir de todo, alegrías, recuerdos, sinsabores, triunfos y dolores: La doble ll te saluda en su despersonalizada pero cálida ambigûedad.

Gilberto Garza dijo...

Bienvenido compadre; estamos iniciando un nuevo año, una nueva época, un nuevo espacio.