viernes, 25 de enero de 2008

¡Venga, pues!

Pues nos reunimos el miércoles como cada semana para trabajar un rato en cosas del colegio (que ya no existe oficialmente). Discutimos dos asignaturas ampliamente. Le tiramos carrilla al Fer. Ileana llegó después de Iram que llegó tarde y Memo llegó con la esperanza de que ya hubiéramos terminado porque no llevó su tarea.

El clima estaba cambiando de caluroso a frío y acordamos ir a tomar un café al Palax, y aunque la intención era decirle al Fer que iríamos al Vip´s, nadie resistió su conciencia y le dijimos la verdad; es más, todos nos fuimos en una camioneta que se quejó de cargar a ocho adultos ruidosos que en suma pesaban, antes de cenar, alrededor de los 600 Kg.

El estacionamiento estaba saturado, pero la pericia del conductor se impuso al acomodarse en un espacio que apenas se veía. Entramos al lugar con cara de profes, dominando el espacio con el volumen y la mirada; al sentarnos en una de las mesas de la esquina, nos dimos cuenta que era zona de no fumadores y tuvimos que resignarnos tres de nosostros.

Pedimos café y de cenar, sólo uno resistió estoicamente la tentación de engullir algo. Memo quería lechita natural y se la dieron. Hablamos de un mudo que quería leche, de “la de Memo” que Fer no había visto, ni Lucy tampoco... por supuesto ninguno de los presentes, hablamos de películas viejas (Al filo del agua), la escuela, los alumnos, los maestros, la salsa, los chilaquiles, la ensalada, los tamales, una fiesta pendiente, los blogs, el primer resbalón de Gil con la tecnología y llegamos al punto que motiva esta croniquita: La doble L.

Hace dos años alguno del grupo propuso organizar una publicación que presentara escritos de la raza. Se asignaron tareas y casi nadie las cumplió. Cada vez que se hablaba de lo que estábamos escribiendo La doble L salía a colación y se perdía en el comentario. Nada pasaba.

Esa noche, hace una cuantas, por fin se acordó abrir este espacio para que publiquemos en colectivo, además de lo que escribimos en nuestros espacios personales, sin un límite de tiempo, ni de temas, más bien de manera libre, según lo que se vaya ocurriendo con la idea de generar una dinámica que nos orille a producir más y ampliar las ideas que se expongan en este lugar.

Nadie puede apostar que funcione, pero estoy seguro que haremos lo posible porque así sea. El compromiso está hecho: una publicación mensual, como mínimo, de cada uno de los integrantes del grupo.

En el grupo hay de todo, ellas y ellos, el escritor consumado y el que se está descubriendo, el ácido y el crítico, el sweet y el que nadie ha leído, el que reclama y el que piensa mucho antes de escribir, el espontáneo y el del lenguaje bello, el que se compromete y el que no lo hace, el visceral y el cerebral, el que vive y al que le han contado cómo es eso, el académico y el grillo, el necio y al que le vale madres todo, el que quiere saber y el que dice saber, el que hace y el que quiere, el que sueña y el que recrea, y así hasta el infinito de acuerdo del estado de ánimo de cada quien y la carga que quiera compartir.

Lo realmente importante de esta idea, no es el hecho de que somos un grupo de amigos que tenemos más o menos las mismas inquietudes, no; y aunque tampoco queremos vernos como un grupo cerrado que no permite la entrada a nadie que no esté dispuesto a pagar la cuota coincidiendo con nuestras ideas, estamos esperando la oportunidad de conocer otros puntos de vista distintos a los nuestros sobre lo que tenemos que decir.

Este es el primer paso que damos fuera de nuestro mundito en colectivo y estoy seguro de que poco a poco podremos sumar ideas, propuestas y palabras. ¡Venga, pues! La doble L.

2 comentarios:

Guillermo Berrones dijo...

Un día leí la crónica de un viaje de Flaubert por Egipto y el medio oriente. Sin aspavientos, sencilla, clara cmo la Bonafont, así son tus crónicas, mi estimado Oscar, sin que parezca mutualismo elogioso.

carlomar dijo...

Óscar, agradezco y valoro tu invitación, creo que ha sido una gran idea que puede darnos la oportunidad de estar en contacto, confrotar y compartir ideas, me da gusto poder leerte, sigue echándole ganas. También creo que hace falta estar más en contacto
carlomar