sábado, 2 de febrero de 2008

Nada qué decir...




Hace unos días un grupo de amigos (a quienes admiro por diferentes cosas, por la misma y por igual) se reunió para comentar sobre temas variados y que al final redundan en lo mismo… su gran idea de conquistar al mundo; sí, conquistar al mundo de las letras (aunque en honor a la verdad los conquistados son ellos, porque siempre se rinden y terminan degustando su sabor).

Pretendiendo allanar las diferencias y los problemas que éstas pueden acarrear a la comunicación, la convivencia y la amistad y convencidos que son mayores e importantes las similitudes, objetivos, motivaciones, sueños y una lista de puntos en común, decidieron converger en un espacio virtual nutrido por el pensamiento, la complicidad y la pluma de sus diversas personalidades.

Dicen que mejor que ser invitado es llegar a la hora. Yo, llegué a la hora y aunque aparentemente estoy al margen de sus maquinaciones, no dejo de permanecer inmersa en ese mismo mundo. Amén de mi formación académica: normalista de profesión, maestra por vocación y educadora de corazón, vivo (felizmente) con uno de estos amantes de las letras, mantengo una buena relación amistosa con varios y he ido descubriendo en otros su calidad humana.

El caso es que me “colé” en el grupo y créanme que eso no es nada fácil porque una de las características de éste, aunque no lo reconozcan abiertamente, es precisamente su hermetismo; quizá porque el resto de la gente no cumple con el perfil para integrarlo y que consiste primero en ser apasionado por la Normal Superior y estar convencido de que “lo que yo hago o digo es lo que está correcto”


Pero, regresando al tema, la consigna era alimentar una página web que permitiera a todos sus colaboradores expresarse libremente, sin poses, sin tabúes, sin restricciones de fondo o de forma, sólo escribir... Y aquí viene lo bueno…

¡¡¡Qué impresión!!!(¿im?), compartir un espacio con plumas veteranas (no tiene qué ver con la edad eh!), académicas, románticas, reflexivas, chuscas y críticas (¿por no decir filosas?); plumas vívidas y vividas. ¡Por supuesto que me impresiona !!!(¿im?), tanto que por más que pensé sobre qué tema escribir, realmente no se me ocurrió nada.


Pensé en hablar sobre el nombre que se acordó tendría la página: “La doble eLe”, que quiero suponer corresponde a una abreviatura de las iniciales del colegio de Lengua y Literatura, quien cual ave fénix ha resurgido, pero la verdad aún no sé exactamente de dónde salió, ya que se manejaron varias versiones; pero, además, me enteré que también se llama así una marca de zapatos o tenis o botas que me parecieron espantosos, ¡mmm! aunque se aprecian cómodos… ¿dónde los venderán?


También anoté varios temas de los que tengo pendiente escribir, sólo por catarsis, pero tampoco me convencieron; así que, compañeros, lamento en esta ocasión no aportar nada a “La Doble eLe”, espero en breve poder compartirles algo que valga la pena o cuando menos cumpla con la cuota de “subir” un escrito al mes.


Thelma Andalón

Posdata: ¡Gracias por considerarme!

10 comentarios:

Guillermo Berrones dijo...

Pues tal parece que las sonorenses (norteñas al fin) tienen rasurada la lengua. ¡Qué precisión en la apreciación de los preciados interfectos! No te equivocas, Thelma. De pronto en tu texto me pareció ver a doña Sara García (la comparación "sin ofender" va en función del papel) metiendo paz entre los tres García. Esperaré con ansia tu siguiente texto. Y como dicen que dijo la otra sonorense...

Ileana dijo...

dices "nada qué decir..."
al igual que:

Socrates
"yo sólo sé que no sé nada",

Isaac Newton
"No sé lo que puedo parecer al mundo; pero para mí mismo, sólo he sido como un niño jugando a la orilla del mar, y divirtiéndome al hallar de vez en cuando un guijarro más suave o una concha más hermosa que de costumbre, mientras que el gran océano de la verdad permanecía sin descubrir ante mí"

La "nada", es "algo" del "todo".

Hiram Uresti Páez dijo...

Eso que no querías decir nada. Al buen entendedor pocas palabras,
gracias por el "estate quieto"

Gilberto Garza dijo...

Primero: Bienvenida.
Segundo: Contundente.
Tercero: ¡Que cada quien tome lo que le corresponda! Alcanza para todos.

Enrique dijo...

Bienvenida a la tertulia, dices tú que como invitada, digo yo que eres parte de esta historia (más allá de los motivos que te hicieron llegar a ella). Como él que llega tarde a la fiesta, sufres de pena momentánea pero superable y todos volteamos para verte zurcir las ideas, porque también maestra y amante de las letras, alguna espada guardarás entre los libros, como aquel título de “nada que decir” que sabe a verdad que no callas. Siempre es buena (y sana) una opinión alejada de la sensatez y autocomplacencia, un botón basta de muestra, lo demás a la camisa.

Oscarito Benavides dijo...

¿Ahora me entienden cabrones?

Luz Rodríguez Llanes dijo...

Pues yo digo que no e cierto (lo de las características del grupo).
Y se chingó.

carlomar dijo...

Qué agradable es leer a una persona que he saludado y con la he tenido poca oportunidad de platicar (ojalá haya más ocasiones)porque finalmente podemos coincidir en el gusto de usar las palabras para materializar nuestras ideas. Bienvenida a esta su casa
carlomar

Anónimo dijo...

Calmense todos en sus comentarios... jejeje... Yo nada tengo que ver con su grupo, es mas.. ni los conozco, pero hay algo que puedo notar, el hecho de que una persona de otro estado venga a nuestro "queridisimo Monterrey" tiene mucho que ver su forma de sentir, he tenido el privilegio de conocer varios estados, pero existe solo uno que me llena... Y NO es Monterrey... aqui existe todo tipo de gente y realmente apreciamos a los de otros estados, todos tienen algo bonito que aportar.
Me parecio muy interesante este "pequeño" comentario de Thelma, muchos de mis amigos son foraneas y si, realmente la mayoria de los REGIOS somos hermeticos, lo que decimos esta bien hecho y existe NADA MAS.
Espero seguir leyendolos... k bueno que hicieron este espacio... voy a recomendarlo.

Anónimo dijo...

Para Hiram: eres egresado de Biología, año 82? Saludos
Diego Andrade